Collarines cervicales

Collarines Cervicales 

Un collarín cervical es una órtesis que se coloca en el cuello con el objetivo de mantener toda la zona inmovilizada en casos de esguinces, latigazos, artrosis o traumatismos óseos. Gracias a esta órtesis cervical, se protege el cuello de movimientos bruscos que puedan empeorar la lesión y se propicia una recuperación mucho más temprana.

¿Cuántos tipos de collarines cervicales hay?

Hay dos modelos principales en este tipo de órtesis:

• Collarín Cervical blando o collarín Philadelphia. Está indicado para tratar lesiones leves, tales como latigazos cervicales, contracturas o dolores por una flexión postural excesiva. Está fabricado con una espuma más blanda, aunque lo suficientemente firme para lograr una postura adecuada del cuello.
• Collarín Cervical rígido. Se dicta su uso en casos más graves, como fracturas vertebrales, tratamiento de la hernia discal o post intervenciones quirúrgicas que requieran una inmovilización total de la zona. Sus materiales son más duros y resistentes para conseguir esta contención. 

¿Cuánto tiempo se debe tener un collarín cervical?

Si padeces una lesión leve, no es recomendable que lleves el collarín puesto todo el día. Lo ideal es que lo lleves 3 o 4 horas.  

La duración del collarín en el tiempo dependerá de la lesión y tratamiento que te haya recomendado tu médico. Por ello, será importante que le consultes. 

¿Cómo poner un collarín cervical blando?

Para colocar un collarín cervical blando, realiza los siguientes pasos:

1. Mira al frente y mantén la barbilla paralela al suelo.
2. Coloca el collarín de forma cómoda alrededor de tu cuello. Procura que se adapte bien.
3. Pon las sujeciones en la parte de atrás del cuello.
4. Asegúrate de que puedes respirar bien. En caso contrario, retíralo y póntelo de nuevo.