Cómo dar apoyo emocional a una persona enferma

Cuando una persona se enfrenta a una situación de crisis, realmente aprecia cuánta calidad reside en sus relaciones personales y más se apoya en las mismas para poder gestionar la situación que está viviendo.
Cuando el desafío se encuentra en una enfermedad o problema de salud, el amor, el apoyo y la cercanía de su círculo es fundamental y con seguridad, afianza mucho el vínculo que existe entre el paciente y su alrededor.
Si actualmente estás cerca de alguien que se enfrenta a una enfermedad, a continuación, te explicamos en qué situación psicológica se encuentra y cómo puedes realmente ayudarle para que se sienta mejor con su realidad.

Fases de aceptación de una enfermedad

Es evidente que, cuando llega una enfermedad, cada persona vive la situación de una manera distinta. Sin embargo, y según una serie de estudios médicos, existen unas determinadas fases a nivel general que se van sucediendo desde que un paciente recibe la noticia.

Estas fases son:

  • Confusión. El desconocimiento acerca de la enfermedad genera mucha incertidumbre y preocupación. Con regularidad, la solución que se le pone a esta fase es la búsqueda de información para saber qué está ocurriendo. En muchas ocasiones, esta información (y sobre todo en Internet), suele ser errónea. Por ello, lo más importante es trazar una vía de comunicación con los profesionales pertinentes, y que ellos resuelvan todas las dudas que existan al respecto.
  • Angustia y temor. Cuando ya empieza a conocer información verídica sobre su enfermedad y los procesos pertinentes a seguir, el paciente comienza a experimentar una fase de desconcierto. El miedo aparece como un factor que bloquea emocionalmente a la persona, que no entiende lo que debe sentir y cómo gestionar su situación. Por esta razón, es fundamental que el paciente mantenga una buena relación con los médicos y médicas que están controlando su historial clínico. Ellos serán los que mejor puedan hacerles mantener la calma para que puedan colaborar en la recuperación y en la toma de decisiones.
  • Negación. Es una de las fases más comunes. La persona se opone a la idea de lo que le está ocurriendo. Se niega a asimilar su diagnóstico, porque es su único mecanismo para poder amortiguar la noticia e ir procesando la realidad. 
  • Ira. Según pasa el tiempo, existen enfermedades que condicionan en gran medida la vida del paciente. Se comienzan a manifestar cambios y dificultades muy complicados de precesar para la persona. Ante esto, la rabia y el enfado suelen ser recurrentes en esta persona, incluso en muchas ocasiones, reacciones violentas. Para poder asimilar esta fase, el paciente necesita ser escuchado y tener la confianza de poder manifestar sus quejas y sus peticiones.
  • Aceptación. No ha pasado toda la tormenta, pero empieza a llegar la calma. El cuerpo y mente del paciente se han relajado, y han encontrado un equilibrio para darle la serenidad y tranquilidad que necesita. Es una fase de adaptación, en la que afloran sentimientos como el positivismo, la motivación y la esperanza.


6 consejos para apoyar emocionalmente a una persona enferma

  1. Acompáñale a sus citas. Para una persona que está atravesando un desafío así, sentir cercanía y cariño en estos momentos es crucial. Ve con esta persona a todas las citas y revisiones que puedas, seguro que te lo agradecerá.
  2. Ayúdale a entender. En un primer impacto, las noticias y los diagnósticos de enfermedades no son recibidos con serenidad por parte del o la paciente. El desconocimiento provoca temores, frustraciones y en muchos casos, vergüenza. Esfuérzate por comprender qué le está pasando, y explícaselo de la manera más asertiva posible. Si no has entendido cualquier cosa del diagnóstico, pide al profesional que te lo vuelva a explicar. Si es preciso, toma notas de todos los detalles importantes. Todo esto te ayudará a estar más informado y poder hablar del diagnóstico con esta persona. En el caso de que la información no se le cuente directamente, es importante que el paciente sepa la verdad de la situación. En función de las circunstancias, puedes optar por contarle lo estrictamente necesario, pero nunca le maquilles una realidad. Tiene todo el derecho a conocer cuál es su situación.
  3. Entiende y respeta sus tiempos. Como hemos comentado anteriormente, existen una serie de fases que un paciente debe pasar para poder llegar a estar sereno y preparado para comenzar un tratamiento. Estas fases también son un proceso para ti. Ten paciencia y deja que esta persona transite por todas ellas hasta llegar a la aceptación.
  4. Anímale a expresar lo que siente y escúchale. Como es lógico, esta persona tendrá dentro un cúmulo de sentimientos que le será difícil proyectar, ya sea por miedo o vergüenza. Déjale claro que contigo está a salvo, que puede compartir todos sus pensamientos. Y, sobre todo, escúchale. Muchas veces será más importante que le escuches y le comprendas más que la opinión que le puedas dar.
  5. Haz con él o ella cosas que le gusten. Una enfermedad no define a una persona. Durante todo el proceso, él o la paciente siguen manteniendo su esencia, y no tienen por qué haber perdido el interés en aquello que les hace felices. Teniendo en cuenta su estado físico, haced cosas que le ayuden a mantener su vínculo con el mundo exterior: ver sus películas favoritas, jugar a algún juego de mesa o (sí lo desea) invitar a algún amigo o amiga cercana que pueda ayudarle a evadirse.
  6. Acepta tus limitaciones. Tú llegas hasta dónde llegas. En muchas ocasiones es imposible atender por completo a un familiar o a una persona cercana enferma. SI alguna vez sientes que tienes que delegar en otra persona, o que tus esfuerzos no están sirviendo, no te lo tomes a lo personal ni te sientas mal. Para ti, esto también es un proceso complicado y debes centrarte en aquello que puedes hacer.


Existen muchas enfermedades diferentes, así como miles de maneras de afrontarlas. Está claro que no todas las personas asimilan igual una situación así, pero es cierto que todas ellas comparten fases muy similares en las que tú puedes aportar lo mejor de ti.
Recuerda que tú también te estás implicando en esto. Para ti, también está suponiendo un proceso nuevo y un camino desconocido. Si lo necesitas y tienes la oportunidad, recurre a un psicólogo o terapeuta profesional.


En Valentia Medical cuidamos de ti, pero también de los tuyos.

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